25 de agosto de 2010, 2:00
Aunque con retraso, la plantilla de Cartagena entraba en la iglesia de la Caridad a la una de la tarde. Turpín, párroco “oficial” del Cartagena, dedicó unas palabras a los jugadores del conjunto albinegro. El párroco comenzó agradeciendo en primer lugar a la patrona de la ciudad la ayuda recibida de su parte y que permitió realizar una temporada que en palabras del padre Turpín fue “histórica y memorable”.
Posteriormente agradeció a los jugadores la temporada pasada con un breve pero intenso “gracias campeones. Campeones a los que están y a los que no siguen pero que participaron en el anterior campeonato de liga. Campeones por ilusionarnos con el juego desarrollado, por hacernos soñar con el deseo de estar en primera. Campeones por realizar una temporada histórica e irrepetible”. Tras este discurso se dispuso a nombrar uno por uno los intrigantes de la platilla, agradeciéndoles y pidiendo un aplauso para ellos por hacer grande a este club.
Tras los agradecimientos, el franciscano Turpín alentaba a los jugadores para seguir manteniendo la honestidad y humildad dentro y fuera del campo, fiel a los valores del club. A su vez, les deseó y les animó a volver a ser el equipo revelación de la categoría.
Un padre Turpín, que se mostró conciso y claro en su mensaje, a la vez que animado y jovial en su discurso. De esta manera, el capellán del club transmitió el sentir de una ciudad que a pesar de una pretemporada amarga, sigue apoyando a su equipo con la esperanza de repetir o mejorar la temporada pasada.
Posteriormente agradeció a los jugadores la temporada pasada con un breve pero intenso “gracias campeones. Campeones a los que están y a los que no siguen pero que participaron en el anterior campeonato de liga. Campeones por ilusionarnos con el juego desarrollado, por hacernos soñar con el deseo de estar en primera. Campeones por realizar una temporada histórica e irrepetible”. Tras este discurso se dispuso a nombrar uno por uno los intrigantes de la platilla, agradeciéndoles y pidiendo un aplauso para ellos por hacer grande a este club.
Tras los agradecimientos, el franciscano Turpín alentaba a los jugadores para seguir manteniendo la honestidad y humildad dentro y fuera del campo, fiel a los valores del club. A su vez, les deseó y les animó a volver a ser el equipo revelación de la categoría.
Un padre Turpín, que se mostró conciso y claro en su mensaje, a la vez que animado y jovial en su discurso. De esta manera, el capellán del club transmitió el sentir de una ciudad que a pesar de una pretemporada amarga, sigue apoyando a su equipo con la esperanza de repetir o mejorar la temporada pasada.
