Las tres temporadas del Cartagena en Segunda División fue de más a menos. De una magnifica temporada en la que llegamos a rozar el ascenso a Primera a una última tremenda, llena de fracasos, de fiascos y decepciones. Pero la del medio también acabó siendo frustrante, especialmente a la hora de reforzarse en el mercado de invierno
¿Os acordáis de un brasileño con apellido alemán llamado Schmöller? Pues ese señor acabaría siendo la ‘estrella’ de los fichajes de aquel Cartagena en la campaña de invierno en la 2011/12. Fue tremendo, la verdad. Toda una ‘metía’ la de aquel brasileño que venía del equivalente a un Segunda B brasileño, que sin embargo, había generado grandes expectativas. Tardó más de un mes en debutar y apenas jugó unos cuantos partidos.
Pero con Schmöller llegaron otros compañeros de viaje que tampoco le fueron a la zaga como el sevillista José Carlos que incluso se negó a salir a jugar un día con Juan Ignacio en el banquillo, el bético Rodri, quien no dio una a derechas y para qué hablar del africano Ryga, un jugador cuyo último equipo había sido un conjunto holandés al que nadie conocía y que acabaría siendo otro completo fracaso.
Fue aquella una temporada para olvidar, nada que ver con la anterior con fichajes tan buenos como el de Signorino, quien acabaría peleándose con Juan Ignacio, el hoy jugador del Athlétic, Javier Etxeitia o incluso el morenito Balboa, que venía del Benfica. Aquellos jugadores sí le dieron nivel a un equipo casi inmejorable en aquellos momentos.
Pero también estuvieron otras dos auténticas meteduras de pata como Moreno, que venia del Numancia para jubilarse en el Cartagena y el gran ‘paquete’ de la temporada y de muchas temporadas, el peruano Gonzales Vigil, el ‘Lobo’ Vigil, que llegaba del Alianza de Lima cuyo paso por el Cartagena fue el más completo de los fracasos que se recuerdan en el equipo albinegro.
De año del descenso para qué vamos a hablar. Todo fue malo desde el primer día. Paco Gómez se equivocó colocando a Ángel Quirantes como director deportivo. Su planificación fue pésima. Horrible. Aún hay aficionados que le recuerdan. Acertó en pocos, en muy pocos por no decir en ninguno. Dimitió a las primeras de cambio, cuando el Barça B dejó en evidencia a aquel Cartagena con un 0-4 y baile total y absoluto a los Cléber, Josemi, Reina, Dimas y compañía de triste recuerdo para los aficionados cartageneristas. La llegada de Braulio primero y de Raimondi después aportó poco aunque aquellas incorporaciones fueron como una bocanada de aire fresco porque al menos luchaban, algo que no hacían los demás.
