4 de agosto de 2010, 2:00
Nunca, lo que se dice nunca, habíamos visto a tanta gente como en La Manga Club. Más de tres mil personas según nuestras estimaciones y según todos los expertos consultados en un cálculo difícil de conseguir. Si tenemos en cuenta que en la única gtrada que hay la capacidad es de unas 700 personas y que el resto del rectángulo de juego estaba completamente c olapsado con hasta tres y cuatro filas de aficionados las cuentas salen: más de tres mil personas.
Entre ellas, aunque no se dejó ver, la figura de Fabri González, entrenador de un Granada que también está con su ‘stage’ recién estrenado. Vimos a muchos representantes, al ex del Ciudad de Murcia Idiakez, a numerosos técnicos, algunos de ellos recién despedidos por ese Murcia que ahora se dedica a vender a sus figuras al Schalke 04, como Paco Zaragoza o Ángel Quirantes, a quien por cierto le gustó, y mucho, este Cartagena de nuevo cuño.
Terreno de juego inmacuo, en perfectísimas condiciones, digno de cualquier estadio de Primera y calor, mucho calor, más todavía en una afición caliente que la tomó con Juanma, el del Almería que la había tomado también con Botehlo, el nuevo ‘rey’ de la afición cartagenerista que quedó prendada con el partidazo exhibido por el panameño Quintero, como en sus mejores tiempos.
Este Cartagena gusta. Ha gustado en su primer pulso serio aunque esto no ha hecho sino empezar.
Entre ellas, aunque no se dejó ver, la figura de Fabri González, entrenador de un Granada que también está con su ‘stage’ recién estrenado. Vimos a muchos representantes, al ex del Ciudad de Murcia Idiakez, a numerosos técnicos, algunos de ellos recién despedidos por ese Murcia que ahora se dedica a vender a sus figuras al Schalke 04, como Paco Zaragoza o Ángel Quirantes, a quien por cierto le gustó, y mucho, este Cartagena de nuevo cuño.
Terreno de juego inmacuo, en perfectísimas condiciones, digno de cualquier estadio de Primera y calor, mucho calor, más todavía en una afición caliente que la tomó con Juanma, el del Almería que la había tomado también con Botehlo, el nuevo ‘rey’ de la afición cartagenerista que quedó prendada con el partidazo exhibido por el panameño Quintero, como en sus mejores tiempos.
Este Cartagena gusta. Ha gustado en su primer pulso serio aunque esto no ha hecho sino empezar.
