7 de marzo de 2014, 1:51
Los empresarios, según fuentes cercanas al club, también han prometido liquidar de un plumazo las dos nóminas pendientes, enero y febrero, que suponen más de 160.000 euros pendientes
Mientras Paco Gómez recoge las cuatro pertenencias que pueda quedarle como vestigio de su paso por el estadio Cartagonova los nuevos dueños del FC Cartagena se afanan en preservar su identidad hasta que no llegue el día de la presentación oficial, a bombo y platillo se anuncia. Sí se ha conocido que lo primero que piensan hacer es pagar los más de 160.000 euros -a unos 80.000 euros por nómina, más o menos- que se les debe a la plantilla cartagenerista de los dos últimos meses impagados, enero y febrero, lo que supondrá un auténtico balón de oxígeno para la economía particular de cada uno de ellos.
Por eso esperan este cambio como agua de mayo. Los futbolistas, aunque no quieren distraer su atención porque están pendientes de la visita de un Sanluqueño en riesgo de descenso, están muy pendientes de cada movimiento que ocurre en el club. Están informados, sino de todo sí de una gran parte de las gestiones, entre ellas que los nuevos dueños llegan con la chequera preparada en un gesto de buena voluntad, se escucha desde el club aunque nadie quiere atribuirse la información que, evidentemente, está saliendo desde el propio club y/o su entorno más cercano.
El partido con el Sanluqueño queda en un segundo plano porque toda la atención está centrada en este cambio histórico de poderes. Los nuevos dueños ya están al corriente de todo, desde la deuda exacta que va a dejar Paco Gómez tras más de una década como dueño y señor del club hasta lo que cobra cada futbolista o la famosa deuda con Hacienda, de 2,5 millones para unos y de casi 4 para otros. Pero un dinero importante al que se hará frente garantizando la supervivencia del club.
¿Y qué dice Paco Gómez a todo esto de su salida¿ Pues nada. Como casi siempre ha hecho. Nada de nada. Y casi mejor así. Porque las pocas veces que habló la liaba parda- Parece mentira que con el dineral que ha puesto en el FC Cartagena vaya a salir por la puerta falsa, sin despedirse, sin hablar con nadie y abandonando de puntillas un club que tantos desvelos le ha supuesto. Su forma de proceder la va a mantener hasta el último minuto, sin dar ni siquiera una explicación. Nunca lo ha hecho ni lo hará ahora, en el momento de un adiós irreversible.
Este cambio de poderes es el comentario habitual entre los futbolistas que, de todos modos, dan una imagen de serenidad porque en realidad se sienten tranquilos y con los problemas solucionados. Es cuestión de tiempo. Para lunes o quizás para el martes estará todo arreglado. Mientras, en el club trabajan a destajo cambiando despachos de sitio y preparando huecos para los nuevos empresarios del club cartagenerista, que llegarán rascándose el bolsillo.
