No hay duda que si los arbitrajes en el mundo del fútbol base tuvieran la calidad humana y técnica que exhibió César González Hortelano, se daría un paso al frente en el mundo del fútbol base.
César Gonález Hortelano dirigió el Mar Menor-Ciudad Jardín de segunda categoría federada de alevines. Ganaron los marmenorenses por 4-0 pero lo mejor de la mañana fue, con mucha diferencia, la actuación y la actitud de este colegiado que, durante la semana, es el segundo de a bordo de la delegación comarcal de Árbitros del Mar Menor y los fines de semana se encarga de dirigir encuentros que pueden parecer de poca enjundia pero que él, posiblemente sin querer, los convierte en toda una lección magistral para los chavales.
A nuestro juicio tuvo una actuación magistral. Cuando era necesario explicaba cada falta y porque lo hacía, a unos espectadores llegó a explicarles el motivo de por qué no había señalado fuera de juego en un momento puntual, supo ayudar a cualquiera de los chavales de ambos equipos y hasta felicitó al portero del equipo local tras una magnífica intervención de este chaval.
Lo mejor de todo es que César lo hacía de corazón y con la mejor de sus sonrisas. Con sus gestos amables facilitó en cada momento la acción de los chavales, que acabaron agradeciendo su actitud. Y es que actuaciones y comportamientos como el de César González Hortelano son los que deberían proliferar en el fútbol regional aunque nosotros nos alegramos de haber presenciado una actuación sobresaliente, sin un solo error y con una actitud extraordinaria, predispuesto siempre al diálogo, que deberíamos de ver mucho más a menudo por nuestros campos de fútbol.
