28 de junio de 2010, 2:00
La Liga de Fútbol base, ya concluida, deja muchas cosas que destacar durante la temporada, que se despidió con 3.000 espectadores en un increíble cierre de campaña. Una de ellas es la de la chica que juega en el prebenjamin A del Cartagena Efesé: Nuria Albuquerque.
“Todo el grupo tiene grandes cualidades y actitudes, pero de Nuria destacaría su alto nivel de esfuerzo, compromiso y entrega, valores fundamentales dentro de un equipo”, explica Carlos Fernández Martín, mister del equipo.
Sobre su adaptación al equipo, Fernández lo achaca a su “forma de ser y de jugar”, lo que le ha provocado que “se gane el respeto de todos y cada uno de los miembros que formamos este equipo desde el primer día”. Además de la “suerte” por lo bien que se ha llevado este caso tanto por los compañeros como por los padres, a los que les pone un “diez porque conforman parte del equipo indirectamente”.
Una complicación que podía surgir en estos casos es el tema del vestuario, pero a estas edades “no es ningún problema porque los niños vienen cambiados de casa y se cambian luego en sus casas”, explica el entrenador, que ve positivo que en el Fútbol Base se abogue porque niños y niñas puedan jugar en un mismo equipo, pero lo “ve difícil en categorías absolutas”.
Para Nuria se ha cumplido el sueño de poder jugar al fútbol defendiendo los colores de su ciudad y demostrando que cualquier chica con ganas y esfuerzo puede jugar con y contra jugadores masculinos.
Esos locos bajitos
Estos pequeños amantes del deporte rey son una esponja de conocimiento, pero con 7 u 8 años ¿qué se les puede enseñar del fútbol? Fernández lo tiene claro: “Que crezcan como personas, que aprendan lo que es el compañerismo, que sepan conformar un equipo y que no descuiden cosas importantes como los estudios”, además dentro del terreno de juego sólo les pide una cosa “que se diviertan porque ya tendrán tiempo de preocuparse de otras cosas si siguen dándole patadas al balón, ahora les toca disfrutar ganen o pierdan”.
“Todo el grupo tiene grandes cualidades y actitudes, pero de Nuria destacaría su alto nivel de esfuerzo, compromiso y entrega, valores fundamentales dentro de un equipo”, explica Carlos Fernández Martín, mister del equipo.
Sobre su adaptación al equipo, Fernández lo achaca a su “forma de ser y de jugar”, lo que le ha provocado que “se gane el respeto de todos y cada uno de los miembros que formamos este equipo desde el primer día”. Además de la “suerte” por lo bien que se ha llevado este caso tanto por los compañeros como por los padres, a los que les pone un “diez porque conforman parte del equipo indirectamente”.
Una complicación que podía surgir en estos casos es el tema del vestuario, pero a estas edades “no es ningún problema porque los niños vienen cambiados de casa y se cambian luego en sus casas”, explica el entrenador, que ve positivo que en el Fútbol Base se abogue porque niños y niñas puedan jugar en un mismo equipo, pero lo “ve difícil en categorías absolutas”.
Para Nuria se ha cumplido el sueño de poder jugar al fútbol defendiendo los colores de su ciudad y demostrando que cualquier chica con ganas y esfuerzo puede jugar con y contra jugadores masculinos.
Esos locos bajitos
Estos pequeños amantes del deporte rey son una esponja de conocimiento, pero con 7 u 8 años ¿qué se les puede enseñar del fútbol? Fernández lo tiene claro: “Que crezcan como personas, que aprendan lo que es el compañerismo, que sepan conformar un equipo y que no descuiden cosas importantes como los estudios”, además dentro del terreno de juego sólo les pide una cosa “que se diviertan porque ya tendrán tiempo de preocuparse de otras cosas si siguen dándole patadas al balón, ahora les toca disfrutar ganen o pierdan”.
