7 de marzo de 2010, 1:00
El Cartagena-La Unión superaba con nota la última prueba que les quedaba esta temporada para meterse prácticamente el titulo en el bolsillo, vencer al Ranero C. F. Los cartageneros afrontaban este encuentro con una motivación especial, ya que este equipo murciano fue uno de los rivales que más difíciles le puso las cosas a los blanquiazules en el partido de ida y también uno de los que mejor futbol esta desplegando durante esta temporada.
A la dificultad propia del encuentro, hubo que sumar el hecho de que este fue el primer partido que los cartageneros disputaba en un campo de tierra en lo que llevamos de temporada y que éste no se encontraba en el mejor de los estados posibles debido al efecto de las últimas lluvias.
El encuentro resulto muy intenso y estuvo salpicado de algunos momentos de nerviosismo que también salpicaron a la grada. Los cartageneros sufrieron un contratiempo en el minuto diez del encuentro cuando su principal referencia ofensiva, el delantero Mario Solano, se veía obligado a abandonar el terreno de juego aquejado de un fuerte esguince de tobillo que se produjo en uno de los lances del juego.
Durante los diez primeros minutos de juego, ambos equipos se dedicaron a tomarle la medida a su rival y asentarse en el campo, sin que se produjeran ocasiones de peligro en ninguna de las dos porterías. Pero a partir del primer cuarto de hora, los de Paco Pedreño empezaron a mostrar sus cartas y las oportunidades de gol se multiplicaron. Los cartageneros desplegaron un juego directo basado en la colocación de balones largos a sus rapidísimos delanteros, sin renunciar del todo a su habitual toque de balón, estrategia que no tardó en dar sus frutos.
El primer gol del Cartagena llegó al filo de la primera media hora, después de que hubiesen dado varios avisos a los locales. El tanto fue obra de un avispado Juan Antonio Ros, tras recoger en el área un balón al saque de una falta y mandarlo al fondo de las mallas. Tres minutos después, el Ranero respondería con una jugada que a punto estuvo de convertirse en gol, aunque terminó fuera.
Ya en el segundo tiempo, el Ranero conseguía igualar el encuentro a los diez minutos con el tanto anotado por Abraham Cuevas, tras ganarle la posición a la defensa cartagenera en el saque de una falta. Pero los cartageneros no se amedrentaron y tan solo cinco minutos después respondían con un potente testarazo de Felipe Ortiz desde fuera del área que entró junto al larguero y que volvía a adelantar a los de La Unión en el marcador.
A cinco minutos del final, Jaime López estuvo a punto de anotar el tercero con un bonito disparo por encima del portero que se estrelló en el larguero. El que no falló fue el pequeño Jaime Eddib, quien anotó el tercero en los instantes finales del encuentro con un sutil toque que acabó en el fondo de las mallas.
Como ya viene ocurriendo en los encuentros de este equipo, fueron varios los ojeadores de los grandes que se dejaron ver en la grada del campo del Ranero tomando notas en sus libretas sobre algunos de los jugadores que estaban sobre el terreno de juego.
Tras este encuentro, el Cartagena-La Unión continúa líder con once puntos de ventaja respecto al Real Murcia que marcha segundo, aunque estos últimos con un partido menos. De seguir así las cosas, los cartageneros podrían proclamarse matemáticamente campeones de liga a falta de tres encuentros para el final.
A la dificultad propia del encuentro, hubo que sumar el hecho de que este fue el primer partido que los cartageneros disputaba en un campo de tierra en lo que llevamos de temporada y que éste no se encontraba en el mejor de los estados posibles debido al efecto de las últimas lluvias.
El encuentro resulto muy intenso y estuvo salpicado de algunos momentos de nerviosismo que también salpicaron a la grada. Los cartageneros sufrieron un contratiempo en el minuto diez del encuentro cuando su principal referencia ofensiva, el delantero Mario Solano, se veía obligado a abandonar el terreno de juego aquejado de un fuerte esguince de tobillo que se produjo en uno de los lances del juego.
Durante los diez primeros minutos de juego, ambos equipos se dedicaron a tomarle la medida a su rival y asentarse en el campo, sin que se produjeran ocasiones de peligro en ninguna de las dos porterías. Pero a partir del primer cuarto de hora, los de Paco Pedreño empezaron a mostrar sus cartas y las oportunidades de gol se multiplicaron. Los cartageneros desplegaron un juego directo basado en la colocación de balones largos a sus rapidísimos delanteros, sin renunciar del todo a su habitual toque de balón, estrategia que no tardó en dar sus frutos.
El primer gol del Cartagena llegó al filo de la primera media hora, después de que hubiesen dado varios avisos a los locales. El tanto fue obra de un avispado Juan Antonio Ros, tras recoger en el área un balón al saque de una falta y mandarlo al fondo de las mallas. Tres minutos después, el Ranero respondería con una jugada que a punto estuvo de convertirse en gol, aunque terminó fuera.
Ya en el segundo tiempo, el Ranero conseguía igualar el encuentro a los diez minutos con el tanto anotado por Abraham Cuevas, tras ganarle la posición a la defensa cartagenera en el saque de una falta. Pero los cartageneros no se amedrentaron y tan solo cinco minutos después respondían con un potente testarazo de Felipe Ortiz desde fuera del área que entró junto al larguero y que volvía a adelantar a los de La Unión en el marcador.
A cinco minutos del final, Jaime López estuvo a punto de anotar el tercero con un bonito disparo por encima del portero que se estrelló en el larguero. El que no falló fue el pequeño Jaime Eddib, quien anotó el tercero en los instantes finales del encuentro con un sutil toque que acabó en el fondo de las mallas.
Como ya viene ocurriendo en los encuentros de este equipo, fueron varios los ojeadores de los grandes que se dejaron ver en la grada del campo del Ranero tomando notas en sus libretas sobre algunos de los jugadores que estaban sobre el terreno de juego.
Tras este encuentro, el Cartagena-La Unión continúa líder con once puntos de ventaja respecto al Real Murcia que marcha segundo, aunque estos últimos con un partido menos. De seguir así las cosas, los cartageneros podrían proclamarse matemáticamente campeones de liga a falta de tres encuentros para el final.
