sábado. 04.05.2024

La percepción sobre los campos de golf y concretamente sobre la de los campos cortos está cambiando y José Antonio Martínez Las Heras (Vitoria, 1937), el presidente del Comité Técnico de Pitch and Putt (P&P) de la Federación Española de Golf (RFEG) tiene más que claro el porqué. «El pitch and putt es la mejor forma de entrar en el complicado mundo del golf y que los futuros deportistas no se desanimen en sus principios (…). De ahí que la RFEG apoye las canchas públicas con recorridos de pitch and putt». Y concluye diciendo a este respecto: «La nacional ya tiene varios proyectos de campos municipales donde se verán los resultados dentro de pocos años». Martínez Las Heras está seguro de esta afirmación, porque el ejemplo del Campo Municipal de Golf ‘Alfonso Legaz’ de Torre Pacheco le da la razón y eso, que es consciente también de su excepcionalidad.

El ‘pitch and putt’ ubicado en la localidad murciana, nació a finales de los años 80 al abrigo de la visión del alcalde del municipio, Pedro Jiménez; contó con las dotes de enseñanza de Juan de Lope, el profesional de golf que creó de la nada una Escuela que ha dado muchos de los mejores jugadores de la Región y, del tesón de los diferentes equipos de trabajo que hasta hoy, han ido dirigiendo y nutriendo de contenidos la intensa vida social y deportiva del club -entre ellos destaca la figura de Alfonso Legaz, quien en la etapa de 1991 a 2008, modernizaría el club y pondría en marcha los torneos nocturnos-. Los nocturnos. Para Martínez Las Heras, una constatación más de lo especial que es este P&P, al resto de los 80 que hay en toda España.
 
{sumario:“Los campos cortos son viveros de golfistas y Torre Pacheco, un ejemplo a seguir para otros municipios”:sumario} Solo recuerda algo similar en cuanto a competición nocturna se refiere «en Canarias, que se cerró y otro en Marbella (donde ya no se hacen). Que yo sepa, el campo de Torre Pacheco es el único lugar donde se juega al golf de noche, quitando en julio y agosto en Estocolmo. No conozco ningún otro en toda España. Y si alguien lee este artículo y dice “yo conozco uno”, que me lo diga y ese día aprenderé algo». 
Si se le pregunta a Martínez Las Heras por la definición de P&P, además de conocer la que reza como oficial, declara sencillamente que el ‘pitch and putt’: «Es el golf de la economía. Se tarda menos tiempo, cuesta menos dinero y se necesita menos esfuerzo». Su inmersión como jugador se inicia en el año 1975, «cuando me compro una parcela en La Moraleja. Por aquel entonces allí había un campo de tenis e iban a hacer un campo de golf. Y pregunté... ¿eso qué es?». (Se ríe). Entonces, ¿si Madrid hubiera tenido playa?.. «¡me habría terminado comprado un barco!», responde divertido. Su adquisición le puso en la senda del golf y el profesional Pepín Rivero, su profesor, en la del mejor ‘swing’.
 
«El ‘handicap’ más bajo que he tenido es el de 11 en campo grande; pero es que no juego mucho», confiesa abiertamente este amante de las reglas (es árbitro internacional) y de un deporte «con el que hacer amigos», recalca parafraseando como él mismo señala, al presidente de la RFEG, Gonzaga Escauriaza. «Es que es completamente cierto. El golf es un deporte de participación. Es fácil jugar y luego quedarse a comer, algo que no se da en otras disciplinas. Es el deporte más social que conozco; un deporte para hacer amigos».

{sumario:“El ‘pitch and putt’ es el golf de la economía. Se tarda menos tiempo, cuesta menos dinero y se necesita menos esfuerzo”. :sumario} Martínez Las Heras vive en primera persona la toma de conciencia de la importancia de los campos cortos dentro de la propia institución federativa. Una realidad, la de los P&P, que «se gestó con Emma Villacieros –anterior presidenta de la RFEG y presidenta de Honor de la institución– y que contó con el apoyo de Escauriaza incluso, desde que era vicepresidente de la nacional; me acompañó a Irlanda a conseguir fondos ante la asociación europea», recuerda perfectamente. Pero, –siempre hay peros–, el P&P también ha contado con escollos dentro del propio mundo del golf. «Hay jugadores que incluso a día de hoy siguen sin apreciar este tipo de campo y extraños, que piensan que es una estupidez (...); pero son los propios quienes hacen más daño», confiesa. Curiosamente es en estos recorridos en donde anidan y crecen muchos de los jugadores que luego alimentan a los campos de 18 hoyos, porque como destaca el presidente del Comité Técnico de ‘Pitch and Putt’ español, «los campos cortos son verdaderos viveros de golfistas». Torre Pacheco es uno de esos viveros.

Los inicios
Martínez Las Heras toma las riendas del Comité de ‘Pitch and Putt’ en 2004, aunque en enero de 2003 ya es presidente de este estamento dentro del Comité de Campos, el encargado de  medir, valorar y llevar el ‘handicap’ de los recorridos en la federación nacional.
 
{sumario:“Aquí se respira un ambiente que no he encontrado en otros lugares y una verdadera Escuela de Golf, la primera de toda España en campo corto”:sumario} El interés de este responsable por dar mayor carta de naturaleza al mundo del P&P hace que en un año los campos cortos gocen ya de comité independiente. «Suele decirse que en todo proyecto el primer año es el del diseño, el segundo el de la experiencia y el tercero el de la consolidación». Así resume Martínez Las Heras el arduo trabajo de 2004, 2005 y 2006. Hasta esos años «ninguno era consciente de hasta dónde podíamos llegar. Luego, moviéndome por toda España, nos dimos cuenta de la importancia que podían tener los campos cortos dentro de la dimensión del golf».
 
A la mente le viene un año clave, 2006. En él se celebra ‘II Campeonato de España Masculino’ en el campo municipal de Torre Pacheco. «Fue tal el éxito conseguido, que hoy en día queda imborrable en el recuerdo. El campo de Torre Pacheco marcó un antes y un después. Para mi fue todo un descubrimiento». Martínez Las Heras no escatima en palabras de elogio para hablar de la realidad del ‘pitch and putt’ pachequero. «En este campo la enseñanza es otro concepto. Uno muy directo hacia el niño. No solo se le educa en golf; se va más allá. Aquí se ha creado algo totalmente distinto a lo que se hace en España. Se crea afición, se genera estímulo». Martínez Las Heras habla de la familiaridad y el buen trato del que se disfruta en las instalaciones, «de esta señora que da tan bien de comer» -dice refiriéndose a Manoli, la encargada del restaurante-, de la confraternización entre jugadores; de las largas tardes de juego de los niños. Eso no se da por ejemplo en el Canal de Isabel II (Madrid); allí no verás este ambiente. No digo que aquello sea ni mejor ni peor, es un ambiente diferente. Pero es que aquí (volviendo a Torre Pacheco) es donde se enseña hasta como crece una margarita».

La realidad de Torre Pacheco
El descubrimiento de Martínez Las Heras en el 2006 sigue presente en la vida cotidiana de los pachequeros. Un ‘pitch and putt’ distribuido en escasas dos hectáreas y media que acumula socios, pruebas y alumnos de una fructífera Escuela de Golf. 
 
Nueve hoyos que este año celebran su 25 aniversario (1987-2012); un campo, que como dice Martínez Las Heras, «coincide en el tiempo con otros pares 3 en España, pero asociados éstos a campos largos, como es el caso de La Moraleja o Puerta de Hierro. Nada que ver. En Torre Pacheco el concepto no es en absoluto comercial, sino de servicio al colectivo. Aquí se respira un ambiente familiar que no he encontrado en otros lugares y -añade-, una verdadera escuela de golf, la primera de toda España en campo corto».
 
La apuesta, tesón y lucha por esta cancha pública le trae al presidente del Comité Técnico de P&P como amante de la historia, un símil a la cabeza. Porque cuando conoció los antecedentes de Torre Pacheco recordó la Noche Triste (1528) en la que 500 soldados españoles lucharon contra 40.000 aztecas (la batalla de Otumba). «Esta gran victoria supuso la posibilidad de comenzar la colonización de México. Pues bien, en Torre Pacheco no fueron 500, fue uno, solamente uno, el que ganó al golf en esta bendita tierra  -dice con énfasis Martínez las Heras, refiriéndose a Pedro Jiménez-, y que tantos beneficios ha supuesto para la ciudadanía pachequera». No hay ninguna duda. Para Martínez las Heras, Torre Pacheco  «es un ejemplo a seguir por todos los municipios».

Un cuarto de siglo de golf municipal en Torre Pacheco
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