9 de diciembre de 2012, 11:05
En el umbral de cumplir los 30 años de existencia el Club Albacora de pescadores deportivos de Cartagena ha utilizado el salvavidas de la lucha titánica para subsistir. Los tiempos han cambiado y las entidades deportivas que no son de actividades multitudinarias y de proyección mediática se las ven y se las desean.
La crisis ha hecho que las ayudas económicas de que antaño disfrutaban esos clubes modestos hayan sido retiradas. Ahora son las personas de esos clubes, los pilares de siempre, los que deben apechugar con el esfuerzo económico y en ese capítulo ha tenido y tiene importancia primordial el que se tengan que distribuir trofeos a los ganadores de los concursos. Este año las instituciones –y se comprende perfectamente-han tomado el camino de los recortes y en esa línea el Club Albacora no ha podido disponer de la tradicional ayuda de la Asamblea Regional cuyo rector es Presidente de Honor de la entidad de pescadores de Cartagena. La Asamblea era la que costeaba los trofeos hechos en PROLAM.
Esta vez, en la Gala de 2012, puesta en marcha con mucho sacrificio y a la que asistió cerca de un centenar de personas, el Presidente de Honor no ha acudido al acto al que asistía puntualmente y de una manera cordial y muy satisfecho -como enamorado del mar que es-desde hace mucho tiempo. Se dice sin acritud y como mero detalle que ningún político ha acudido a la ceremonia cumbre en el aspecto social de Albacora.
Tal vez haya comenzado una nueva etapa con nuevos comportamientos y mentalizaciones. En todo caso el Club Albacora va a continuar peleando con más esfuerzo que nunca. Lo ha dicho y lo está demostrando su directiva, veterana en la entidad, que tiene sus proyectos realizables o no pero en todo momento apoyados por el entusiasmo de sus gentes. Ha podido salvar la extrema crudeza de un mal año en todos los sentidos, excepto en el meramente deportivo.
