6 de octubre de 2012, 21:40
Bien por Pepe Cabezos que, tras darle muchas vueltas a la almohada pensando en sí va y aplaude o se queda en Cartagena optó por lo más coherente y por lo políticamente correcto: molestarse un poco y viajar hasta Cehegín para sonreir, ponerse para las fotos y felicitar a los tres premiados de Cartagena aunque especialmente al otras veces maltratado profesionalmente técnico municipal Eduardo Martínez Caro, una de las personas más queridas en el fútbol base cartagenero y de las más denostadas, de puertas hacia dentro, por el mencionado concejal.
Lo dijimos en su momento y lo mantenemos. Cabezos llevó como penitencia la obligación de tener que aplaudir a Eduardo Martínez Caro, precisamente a uno de los que más ha criticado en los últimos meses, y precisamente también de los técnicos más válidos de los muchos que hay en esa concejalía que tanto y tan bien ha sabido dividir este concejal experto en desdecirse de sus propias decisiones.
Pepe Cabezos hizo bien con acudir hasta Cehegín a este acto en el que brilla lo más granado del deporte regional. Es lo mínimo. Estar junto al tenis de mesa que tantas alegrías le ha dado y seguirá dándole a Cartagena y no hablemos ya de Margarita Domínguez Cabezas, quizás la mejor nadadora en la historia cartagenera de este deporte, superando a su madre, la inolvidable Marga Cabezas. Menos mal que tuvo este gesto con Edu Martínez Caro, con quien tan injusto ha sido en los últimos meses.
Un detalle el que Cabezos se marchase por unas horas hasta Cehegín. Es lo que tenía que hacer, aplaudir a quien tanto critica. Viva la política. Viva la sinceridad. Ha decidido salir más y esconderse menos sabedor tal vez, de cómo piensa una gran parte de la ciudadanía de su gestión en el deporte de Cartagena.
