2 de mayo de 2015, 10:51
Casi mil participantes cruzarán la línea de salida este sábado en la playa de Rihuete de Mazarrón, entre los que encontramos un cartel de excepción con los mejores representantes del triatlón nacional. Tras la fantástica exhibición que ofreció el año pasado el campeón del mundo, Javi Gómez Noya, en esta edición el espectáculo, el deporte y la calidad están servidos con la confirmación de ilustres como el tercero del mundo, Fernando Alarza; Uxío Abuin, Frances Godoy y Ricardo Hernández.
Entre las mujeres, destaca la presencia de la campeona del año pasado, María Ortega, junto a la olímpica en Londres 2012, Marina Damlaimcourt; la argentina Melina Alonso y la madrileña Marta Jiménez.
Esta vigésimosexta edición presenta una novedad en el recorrido, y es la transición dos, que realizarán los deportistas a su llegada a la localidad de Fuente Álamo, para dejar sus bicicletas y comenzar la carrera a pie. Así, la T2 se ha convertido en un área de transición disociada en la que los triatletas dejarán sus bicicletas y pasarán a boxes para recoger sus zapatillas y emprender el último tramo de la prueba, la carrera a pie, que se realiza por las principales calle de Fuente Álamo.
Ayer se celebró la tradicional reunión técnica en la que el director técnico del Triatlón Nacional Villa de Fuente Álamo – Gran Premio Melones El Abuelo, Ginés Bermúdez, se dirigió a los más de 300 voluntarios, en su mayoría jóvenes, a los que dedicó palabras de agradecimiento por el esfuerzo y el buen trabajo realizado el año pasado, y animó para que este año "sigamos mejorando para seguir haciendo del triatlón de los triatletas, el mejor”.
Tras reunión y posterior cena de convivencia entre los voluntarios, hoy toca trabajar: Secretaría General permanecerá abierta todo el día para ultimar detalles antes del reparto de dorsales, que abre su plazo esta tarde, a las 17.00 horas.
El Triatlón Nacional Villa de Fuente Álamo – Gran Premio Melones El Abuelo vuelve mañana por vigésimosexta vez, aunque el triatlón de los triatletas, el que mueve a cientos de voluntarios cada año, ya se siente en Fuente Álamo.
