Tras la reanudación, el técnico del filial dio entrada a Álex Rubio, con la intención de dinamitar un poco el ataque pese a que la expulsión del central del Sevilla Atlético había debilitado mucho el esquema defensivo.
Pero el filial andaluz supo jugar sus bazas y el Arroyo no fue tan valiente como para hacer daño a su adversario pese a estar con un hombre más sobre el césped.
Sería Carlos Fernández el que aparecería para poner las tablas provisionales cuando mejor se encontraba su equipo. Culminó a la perfección ante Juanma y dejó su huella personal en el partido, dejando claro que es el hombre más decisivo de este equipo en el presente curso liguero. El que fuera campeón de España juvenil la pasada campaña con un gran protagonismo se ha erigido en la figura de un equipo que, sin embargo, sigue sin hallar la clave para la mejora colectiva durante los encuentros.
El Arroyo se vio obligado a adelantar sus líneas y el filial sevillista volvió a sufrir más de la cuenta. Lo hace siempre que su enemigo toma la iniciativa, y ahora con un jugador menos,g esas deficiencias salieron a relucir nuevamente cuando las necesidades de su adversario tomaron forma nuevamente.
Abel Buades se adueñó del centro del campo y los cambios fueron propicios para los locales, que comenzaron a dominar con más argumentos y a dejar claro que no se conformarían con un empate que sí parecía valer ahora al Sevilla Atlético.
Y fue precisamente Dani González, uno de los cambios de este segundo tiempo, el que logró encontrar el camino del gol para los suyos antes del tramo final.