La afición del Cádiz dio este jueves un golpe sobre la mesa para hacerse oír y demostró que sigue muy viva a pesar de los malos años que le ha estado brindando el equipo de sus amores. Poco después de las cuatro y media de la tarde, una vez que se conoció que el rival era el Real Madrid Castilla y que la ida se jugaba en el Carranza, los seguidores se agolparon ante las taquillas del estadio, ubicadas bajo el Fondo Norte, formando colas antes de que arrancara la venta de localidades. Resultado de este tirón: vendidas 1.234 entradas en unas dos horas.
Juan Carlos Cordero, el cartagenero dirigente del Cádiz de la mano de Pina, ha declarado en Diario de Cádiz que su equipo no le tiene miedo al Madrid-Castilla, y que se enfrentan dos equipos muy parejos, con media de edad parecidas y que no merecen estar en Segunda B.
El primer objetivo era ser campeones de grupo y ya lo consiguieron los cadistas. Ahora buscan ascender directamente mediante la eliminatoria con los blancos.
