El día del sorteo de las dos finales de ascenso a Segunda, el azar propició que el Nàstic ejerciera de patito feo. O de patito malo. El Huesca exteriorizó la alegría de batallar la vuelta a la LFP ante los tarraconenses. Lo dieron por hecho y lo grabó en un vídeo que horas después aterrizó en el Nou Estadi. El error, difundir una reacción lógica al evitar al Oviedo y al Cádiz, o sea, dos estadios vertiginosos como el Ramón de Carranza y el Carlos Tartiere.
El eco del grito oscense ensordeció al vestuario del Nàstic, que compartió el archivo a través del grupo privado de una red social: gasolina para desplazarse a El Alcoraz en la ida de la final. Justo antes del inicio del primer duelo, en el túnel de acceso, y con ambos onces presentes, el curtido Manolo Martínez exclamó: "Vamos chavales, que somos la perita en dulce”.
Pero los granas arañaron un empate que situó la eliminatoria de cara. La vuelta, una fiesta (3-1) que también acumula anecdotario. Vicente Moreno cambió el habitual reparto de dorsales entre los titulares. Así, el extremo Lago Júnior utilizó el dorsal 2, y los del doble pivote el 8 y el 10.
Horas antes, el cuerpo técnico no descartó apostar por una zaga de tres centrales y dos carrileros. El arte del despiste también jugó. Y venció.
