15 de junio de 2010, 2:00
Y es que no hay otra que ganar al Levante y esperar el favor del Real Unión. Los capitanes verdiblancos, además, recibieron los ánimos directos de Lopera en una reunión celebrada ayer mismo en la calle Jabugo. El equipo se entrenará hoy en la ciudad deportiva para preparar el encuentro del sábado, pero los futbolistas piden confianza.
Centrados. «Ante el Levante el estadio tiene que reventar, hay que ser optimistas», dice Pavone; Carlos García señala que «no le vamos a regalar el ascenso a nadie» «Ha sido un jarro de agua fría pero ahora no vamos a bajar los brazos. Tenemos que ganar al Levante y esperar. Hay que ser optimistas. Lo de la afición es impresionante, pero tiene que reventar el estadio para recibir al Levante porque esto se puede conseguir. Hay que ir a por todas», afirmaba convencido Pavone. Algo con lo que coincidía su compañero Carlos García: «El empate en Salamanca sabe mal por la gente. Nos ha demostrado lo grande que es esta afición. Sólo con verles las caras tienes ganas de reaccionar cuanto antes, pero cometemos los mismos errores de siempre. Por nosotros no va a quedar. Tenemos que animarnos y no vamos a darnos por vencidos, no le vamos a regalar el ascenso a nadie».
De la misma opinión era Nacho, que se encontraba «jodido», aunque defendía que «la esperanza es lo último que se pierde. Tenemos que ir a muerte contra el Levante. No queda otra, no vamos a bajar ahora los brazos después de 41 jornadas luchando. No es lo mismo depender de otros que de uno mismo, pero lo tenemos que hacer por la gente, que se ha portado de manera espectacular con nosotros». Igualmente optimista quería mostrarse Sergio García: «Ahora hay que pensar en que vamos a ganar y el Hércules va a pinchar. Ya está. Será difícil pero ellos sólo han ganado dos partidos fuera en toda la temporada. Necesitamos más suerte y el mismo apoyo de la grada, que ha sido fenomenal. Es de agradecer».
Arzu, uno de los capitanes, pintaba el escenario que precisa el Betis para alimentar sus esperanzas de éxito pero entendía la desazón. «Tenemos que confiar en que el Hércules va a tener un partido muy difícil en Irún, juega fuera de casa y el Real Unión está jugándose mucho. Confío en que ese resultado sea favorable para nosotros. Es normal que la gente haya vuelto de Salamanca desilusionada, porque la afición del Betis siempre se porta muy bien». Otro de los futbolistas con fuerte vinculación afectiva bética es Capi, quien estaba apesadumbrado inicialmente, aunque poco a poco ha ido cogiendo fuerzas: «Salimos de Salamanca mal, muy mal, pero nos queda una balilla y tenemos toda la esperanza puesta en ese partido. Tenemos que ganar y rezar. No vamos a tirar la toalla hasta el final. A la gente sólo les podemos pedir perdón porque no se merecen esto, pero este pesimismo hay que cambiarlo por alegría la próxima semana».
Por último, Juande era diáfano en su discurso, ya que asumía el sentir general de un beticismo que está tratando de superar el palo de El Helmántico y mirar adelante con las pocas esperanzas que le quedan de retomar su sitio en la máxima categoría: «Nos sentimos frustrados porque representas a una masa social muy grande y estábamos terceros. Hemos fallado, pero mientras haya un mínimo de esperanza tenemos que agotar esas opciones. Todo pasa por un resultado positivo en casa y esperar un favor. Está complicado, no vamos a engañar a nadie, pero tampoco vale de nada bajar los brazos y creer que está todo perdido. Queda una jornada y lo que esté a nuestro alcance tenemos que hacerlo. Del palo tenemos que sacar fuerzas. La afición se merece un once: ha estado por encima del club, del equipo y de todo. Nunca vi una cosa así. Fue increíble. Espero ver lo mismo en la última jornada. Deseo ascender más que nada por todos ellos, porque se merecen una alegría».
Centrados. «Ante el Levante el estadio tiene que reventar, hay que ser optimistas», dice Pavone; Carlos García señala que «no le vamos a regalar el ascenso a nadie» «Ha sido un jarro de agua fría pero ahora no vamos a bajar los brazos. Tenemos que ganar al Levante y esperar. Hay que ser optimistas. Lo de la afición es impresionante, pero tiene que reventar el estadio para recibir al Levante porque esto se puede conseguir. Hay que ir a por todas», afirmaba convencido Pavone. Algo con lo que coincidía su compañero Carlos García: «El empate en Salamanca sabe mal por la gente. Nos ha demostrado lo grande que es esta afición. Sólo con verles las caras tienes ganas de reaccionar cuanto antes, pero cometemos los mismos errores de siempre. Por nosotros no va a quedar. Tenemos que animarnos y no vamos a darnos por vencidos, no le vamos a regalar el ascenso a nadie».
De la misma opinión era Nacho, que se encontraba «jodido», aunque defendía que «la esperanza es lo último que se pierde. Tenemos que ir a muerte contra el Levante. No queda otra, no vamos a bajar ahora los brazos después de 41 jornadas luchando. No es lo mismo depender de otros que de uno mismo, pero lo tenemos que hacer por la gente, que se ha portado de manera espectacular con nosotros». Igualmente optimista quería mostrarse Sergio García: «Ahora hay que pensar en que vamos a ganar y el Hércules va a pinchar. Ya está. Será difícil pero ellos sólo han ganado dos partidos fuera en toda la temporada. Necesitamos más suerte y el mismo apoyo de la grada, que ha sido fenomenal. Es de agradecer».
Arzu, uno de los capitanes, pintaba el escenario que precisa el Betis para alimentar sus esperanzas de éxito pero entendía la desazón. «Tenemos que confiar en que el Hércules va a tener un partido muy difícil en Irún, juega fuera de casa y el Real Unión está jugándose mucho. Confío en que ese resultado sea favorable para nosotros. Es normal que la gente haya vuelto de Salamanca desilusionada, porque la afición del Betis siempre se porta muy bien». Otro de los futbolistas con fuerte vinculación afectiva bética es Capi, quien estaba apesadumbrado inicialmente, aunque poco a poco ha ido cogiendo fuerzas: «Salimos de Salamanca mal, muy mal, pero nos queda una balilla y tenemos toda la esperanza puesta en ese partido. Tenemos que ganar y rezar. No vamos a tirar la toalla hasta el final. A la gente sólo les podemos pedir perdón porque no se merecen esto, pero este pesimismo hay que cambiarlo por alegría la próxima semana».
Por último, Juande era diáfano en su discurso, ya que asumía el sentir general de un beticismo que está tratando de superar el palo de El Helmántico y mirar adelante con las pocas esperanzas que le quedan de retomar su sitio en la máxima categoría: «Nos sentimos frustrados porque representas a una masa social muy grande y estábamos terceros. Hemos fallado, pero mientras haya un mínimo de esperanza tenemos que agotar esas opciones. Todo pasa por un resultado positivo en casa y esperar un favor. Está complicado, no vamos a engañar a nadie, pero tampoco vale de nada bajar los brazos y creer que está todo perdido. Queda una jornada y lo que esté a nuestro alcance tenemos que hacerlo. Del palo tenemos que sacar fuerzas. La afición se merece un once: ha estado por encima del club, del equipo y de todo. Nunca vi una cosa así. Fue increíble. Espero ver lo mismo en la última jornada. Deseo ascender más que nada por todos ellos, porque se merecen una alegría».
