viernes. 26.04.2024
GUILLERMO JIMÉNEZ
 
El Mundial de España, el de la mascota El Naranjito, jugado con balón Tango de Adidas, me llevó como enviado especial de los diarios La Verdad,  YA y la agencia Logos a la sede vallisoletana. Allí estuve quince días conviviendo (sin wasap, sin ordenador, sin el diabólico internet, con una cabina telefónica puesta a mi disposición con una tarjeta mágica "a pajera abierta” para llamar, y con una prestada máquina de escribir Olympia de las decenas colocadas por la organización en la sala de prensa del Nuevo Zorrilla con diferentes teclados, en el conocido por el estadio de la Pulmonía, por sus alados y helados vientos de 95 Kms/hora.
 
Un día se terció un desplazamiento al hotel Montico, en Tordesillas, donde se encontraba concentrada la selección de Francia que conducía Michel Hidalgo, un antipático caballero que se negaba hablar castellano en las ruedas de prensa, aun conociendo el idioma de Cervantes mejor que yo.
 
Platini, educado y comunicativo en Tordesillas. 
 
Pero a mí me interesaba más, informativamente, hablar con Platini, que ya era capitán de la selección gala y una de las estrellas del combinado vecino, y aproveché un receso para acercarme al número '10' de la camiseta azul del gallo 'les blues'  marcado en el pecho. Aquella mañana el hotel Montico estaba tomado por las Fuerzas de Seguridad. La Guardia Civil lo controlaba todo metralleta en mano. Eran tiempos en los que Eta amenazaba y un golpe asestado a una selección de fútbol en un acontecimiento como el Mundial 82 quién sabe si entraba en los planes terroristas.
 
RESPUESTAS CON TÓPICOS
 
El partido en el que se hizo la voluntad del jeque y el árbitro ruso anuló un gol de Giresse. Vaya tela.
 
Platini respondió en los jardines del hotel de Tordesillas cinco o seis preguntas mías, "en exclusiva”, en un francés que yo conocía y recordaba peor que mejor de mis estudios del Bachillerato, pero no me dejó el pelotero de moda, hoy en la cresta de las polémicas, respuestas para hacer la entrevista de mi vida profesional. Michel contestó de manera topiquera y casi con monosílabos, así que solo me queda la reliquia de las fotos y poco más. Fotos rescatadas de mi álbum de recuerdos de aquel Mundial en el que también participaban en Valladolid las selecciones de Chevoslovaquia, de Venglos, y Kuwait, conducido por un brasileño pagado con petrodólares.  Esta última selección seguida por mí estrechamente porque coincidí con ella en su estancia en el hotel Meliá de la plaza de San Miguel, y me empapé de la ostentación de los ricos amos del crudo alojados allí. Exhibían rólex de oro como mínimo signo externo de poderío. Ellos comían pipas de girasol a todas horas y llenaban las moquetas del hoptel de cáscaras, pero llevaban relojes de lujo.
 
Mi admirado Platini me causó buena impresión. Accesible y hasta simpático, aquella mañana de concentración en Tordesillas - entre sus compañeros estaban Giresse, Tigana, Larios y Luis Fernández- no podía imaginar que unos cuantos años después el francés podía reunir un palmarés tan brillante  como hombre de fútbol. Jugador, entrenador y director a altísima escala. En la actualidad su próximo paso parecía destinado a convertirlo en el hombre más poderoso del deporte más consumido y popular del mundo, al anunciar su candidatura a la presidencia de la FIFA. Pero la decisión del Comité de Ética de la FIFA de suspenderlo durante 90 días de toda actividad relacionada con el fútbol, junto al presidente  Blatter y al secretario general Jérôme Valcke, dejaba al organismo con sede en Zurich sin un rumbo definido ante  las elecciones a la presidencia, el próximo 26 de febrero de 2016.
 
Entrada de prensa al Mundial 82 en la sede de Valladolid.
 
Dos años después del Mundial de la sede vallisoletana,  Francia conquistó con Platini la Eurocopa de 1984 y con la Juventus de Italia se proclamó campeón del mundo en 1985.
 
Es cierto que tras colgar las botas, no tuvo éxito como seleccionador de Francia, pero al menos  le sirvió de trampolín para entrar en la directiva de la federación de fútbol galo.
 
 EL DIA QUE UN JEQUE ANULÓ UN GOL CONVENCIENDO AL ÁRBITRO
 
El jeque kuwaití en el palco, antes de saltar al campo de juego para anular un gol de Francia.
 
Platini al margen, en aquel Mundial al lado del Pisuerga presencié lo nunca visto: el jeque   Fahad Al-Ahmed Al Jaber Al-Sabah,  hermano del Emir de Kuwait. saltó al terreno de juego, abandonando el palco para ordenar al árbitro ruso Stuper del partido Francia-Kuwait que anulase un gol. Y el jeque lo consiguió ante el asombro de todo el mundo.La Policía no pudo detener en su intento al personaje. Después supe que después de diez minutos de discusión, el ruso  anuló el gol y el jeque kuwaití retornó a su asiento rodeado de policías y guardaespaldas. "La mafia es pequeña al lado de la FIFA. No me importan las sanciones. Yo me iré y otro cubrirá mi puesto. Yo no obligué al árbitro a anular el gol, él lo hizo porque estaba convencido”, declaró tras el histórico partido.
 
El mismo jeque, pintoresco, llevó un camello a España, que le acompañaba en sus paseos por las calles de Valladolid aquellos días de junio de 1982. Doy fe.
Michel Pltini, hoy. Que no le pase nada por sus líos con la UEFA...


 



Michel Platini y yo mismo (Recuerdos del Mundial 82)
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