13 de septiembre de 2011, 17:47
Allí, el jugador barcelonés - de Mollet, ciudad que como él mismo bromea,
"se conoce desde que Anna Simón sale por la tele" - analizó la situación personal y colectiva de la aventura del CF La Unión en Segunda B.
"Tengo claro que es un problema de confianza, sobre todo en la parte de arriba. Hay jugadores con mucha calidad y que tienen que demostrarlo", afirmaba el futbolista, que ya está totalmente recuperado de la lesión que no le ha permitido estrenarse hasta ahora:
"cuando parecía que ya me recuperaba de la primera, volvía a recaer, pero ya estoy a tope".
Volviendo a la situación del equipo, se lamentaba de los puntos perdidos en los últimos minutos:
"si los partidos acabaran en el minuto 80, tendríamos cuatro puntos. Hay que corregir esos pequeños detalles, porque sumados uno tras otro, hacen una montaña". También detectó que la afición unionense todavía no acude masivamente al estadio:
"están todavía volviendo de las playas. Esperemos que cuando vean equipos de renombre, se acerquen el estadio".
En lo personal, le guarda un cariño especial a Ángel Quirantes, ex director deportivo albinegro:
"Ángel fue quien me dio la oportunidad para fichar por el Imperial. Siempre me ha aconsejado, y para mí es como un padre, familia adoptiva". Más en lo personal, el jugador de la cantera del Espanyol y que ha sido internacional por España en las categoría inferiores, afirma que
"el no tener ordenada la cabeza no me ha permitido poder estar donde están ahora los que fueron compañeros míos". Precisamente por eso, es uno de los pocos jugadores del equipo que viven en La Unión:
"esto me permite estar centrado en los entrenamientos, en el gimnasio y en mi dieta, que es lo que tengo que hacer, y así el tiempo libre que tenga lo paso con mi pareja".
