5 de septiembre de 2012, 20:29
Ocurrió hace muchos años. Tanto que aquel suceso ya está rebajado a la categoría de anécdota. Fue la noche en la que nuestro personaje de hoy, Jesús Moreno Manzaneque, evitó males mayores al entonces presidente del Efesé, Carlos Martínez González y a quien hoy es el director de este medio, Manuel Ángel Balaguer.
Todo sucedió en el desaparecido campo municipal de 'San José'. Estamos en 1980 y el Cartagena jugaba su primera campaña en Segunda B con Baby en el banquillo. Acababa de concluir la semifinal de vuelta de la entonces llamada Copa Presidente, una especie de campeonato regional paralelo a la Liga. El choque acabó 0-0 y clasificaba a los albinegros para disputar la final regional.
La actuación del árbitro no gustó en Lorca, especialmente en varios aficionados -algunos de ellos con síntomas evidentes de embriaguez- que la emprendieron a insultos contra Carlos Martínez y Manuel Ángel, acusándoles de "haber comprado el árbitro". Una piedra traicionera y un golpe por la espalda fueron el detonante para que Manuel Ángel Balaguer cayese al suelo, perdiendo el conocimiento. La acción inmediata de la Policía Nacional evitó males mayores.
Los aficionados siguieron en las afueras del campo con sus amenazas. Pero fue cuando Moreno Manzaneque entró en escena. Se dirigió a aquellos gamberros furibundos, les pidió que se marchasen y él mismo se introdujo en el coche en el que viajaban ambos para conducirlo con absoluta tranquilidad por las calles de Lorca hasta una gasolinera que se encontraba -aún sigue en el mismo lugar- en las afueras. Carlos Martínez y Manuel Ángel Balaguer cogieron el vehículo y, aún con el susto en el cuerpo, regresaron de madrugada a Cartagena.
Aquella acción sólo es un gesto solidario de los muchos que protagonizaba Moreno Manzaneque. No le importó enfrentarse a sus propios aficionados para evitar lo que estuvo cerca de ser un disgusto mayor. Aquella noticia, que Manzaneque deberá recordar aún, dio la vuelta a España al dia siguiente en los telediarios de la época y selló para siempre la amistad de este personaje, tanto con aquel presidente fallecido años después como con quien hoy es el director de este diario digital.
Todo sucedió en el desaparecido campo municipal de 'San José'. Estamos en 1980 y el Cartagena jugaba su primera campaña en Segunda B con Baby en el banquillo. Acababa de concluir la semifinal de vuelta de la entonces llamada Copa Presidente, una especie de campeonato regional paralelo a la Liga. El choque acabó 0-0 y clasificaba a los albinegros para disputar la final regional.
La actuación del árbitro no gustó en Lorca, especialmente en varios aficionados -algunos de ellos con síntomas evidentes de embriaguez- que la emprendieron a insultos contra Carlos Martínez y Manuel Ángel, acusándoles de "haber comprado el árbitro". Una piedra traicionera y un golpe por la espalda fueron el detonante para que Manuel Ángel Balaguer cayese al suelo, perdiendo el conocimiento. La acción inmediata de la Policía Nacional evitó males mayores.
Los aficionados siguieron en las afueras del campo con sus amenazas. Pero fue cuando Moreno Manzaneque entró en escena. Se dirigió a aquellos gamberros furibundos, les pidió que se marchasen y él mismo se introdujo en el coche en el que viajaban ambos para conducirlo con absoluta tranquilidad por las calles de Lorca hasta una gasolinera que se encontraba -aún sigue en el mismo lugar- en las afueras. Carlos Martínez y Manuel Ángel Balaguer cogieron el vehículo y, aún con el susto en el cuerpo, regresaron de madrugada a Cartagena.
Aquella acción sólo es un gesto solidario de los muchos que protagonizaba Moreno Manzaneque. No le importó enfrentarse a sus propios aficionados para evitar lo que estuvo cerca de ser un disgusto mayor. Aquella noticia, que Manzaneque deberá recordar aún, dio la vuelta a España al dia siguiente en los telediarios de la época y selló para siempre la amistad de este personaje, tanto con aquel presidente fallecido años después como con quien hoy es el director de este diario digital.
