El Decano se despide de la temporada en un partido extraño y con escasos alicientes a priori pero en el que está obligado a motivarse. El último tramo del campeonato no ha sido bueno. Sus aficionados desean y esperan poder tener al menos un adiós dulce.
Los albiazules acumulan ya cuatro encuentros sin ganar. Desde que se impusieron al Huesca en El Alcoraz no han vuelto a sumar de tres en tres. No sólo eso, sino que además no han vuelto a marcar un gol. El doblete de Javi Álamo en tierras aragonesas fue el último recuerdo goleador de los recreativistas. Prácticamente 400 minutos en blanco. Toda una eternidad.
Es el primer reto al que se enfrentan los recreativistas frente al Cartagena. Les toca romper esa mala racha. Alguno como Berrocal incluso busca un fin particular porque está a un tanto de lograr ser el máximo goleador del Decano y del San Roque de Lepe en la misma temporada, un dato a tener en cuenta.
No es la única cuenta pendiente con la que llegan los albiazules al final del campeonato. Despedirse del año como el segundo peor local de la Liga es un dudoso honor del que deben huir.
Sólo el Nástic de Tarragona, colista y descendido a Segunda B, presenta peores números que los onubenses en su campo. Tiene la posibilidad, si se impone al Cartagena, de superar al propio equipo cartagenerista, el Alcoyano, el Elche, el Murcia y el Guadalajara.
