Pacheta, hoy entrenador del Cartagena, ya lo conoce de un Getafe B-Oviedo (1-1) con Pacheta en el banquillo astur, en Liga de Segunda B en noviembre de 2011. Transcurridos cinco minutos de partido, Salas Montoro ya había sacado dos amarillas. Empezaba la mañana movida con la actuación del colegiado catalán que logró desquiciar a ambos equipos.
Tal vez lo más espectacular fue las tres expulsiones en un margen de diez minutos. El local Álex Pérez vio la roja por un pisotón al ovetense Jandrín al borde del área. Cinco minutos después, Aitor Sanz también era expulsado. El centrocampista vio la segunda amarilla en una jugada más que discutible. El «show» de Salas Montoro finalizó con la expulsión de Rubiato en una disputa aérea.
Emilio Ferreras, el entonces técnico del Getafe B, se manifestó de forma contundente al final del partido: «Lo que más llama la atención es que este árbitro volverá a pitar el próximo domingo y no se lo merece, pero los tres jugadores expulsados no lo harán. Cuando llegas al campo, lo mínimo que pides es que te respeten, siempre hay que respetar a los jugadores.
El Oviedo, además de las expulsiones, reclama un gol anulado a Negredo por presumible fuera de juego de Juanma en la acción. Pacheta tal vez no se quiso mojar y declaró de manera diplomática: «Si desquició a los dos equipos, queda todo dicho. No creo que el árbitro haya tenido influencia en el resultado y prefiero no valorar su labor».
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Así que, de entrada, hay que concederle la presunción de inocencia, aunque parece que Salas Montoro puede llegar el domingo a Cartagena con la maleta llena de cartulinas.
