8 de diciembre de 2013, 19:48
El Cádiz afronta este choque contra el Cartagena con la tranquilidad que tiene que dar el haber perdido sólo un punto de los 24 que ha disputado en su estadio, el equipo que logró puntuar en el Ramón de Carranza fue La Hoya Lorca, que supo afrontar muy bien aquel encuentro. Todos los demás han caído en el coliseo cadista.
Guadalajara, Algeciras (1-0), Granada B (2-1), Balompédica Linense y Arroyo (3-1), y El Palo (4-0) son los equipos que han terminado siendo víctimas en el Carranza, un campo que tiene sello de primera y que, junto al de La Hoya Lorca y Albacete son los únicos que se mantienen sin perder.
El Cádiz llega a este choque con los cartageneristas tras cosechar una derrota inesperada en el feudo del Sevilla Atl., antes había encadenado tres victorias consecutivas frente al Linense, Sanluqueño y Granada B que le había dado opciones para optar al liderato, primer gran objetivo de este histórico equipo inmerso de nuevo en peleas instestinas por ver quién se lo queda. Y mientras, los jugadores que ya sobrepasan los dos meses sin cobrar las nóminas. Mala cama tiene el perro.
De ahí que este Cádiz que empezó asustando con diez goles en dos de las primeras jornadas se ha desinflado y ahora puja por ganar algún escalón más, pasar del cuarto puesto al tercero. No deja de llevar en sus filas a la mejor plantilla del grupo pero eso no quiere decir que sea el mejor equipo. Sí se han gastado mucho dinero, quizás el que no tengan, porque la Segunda B les quema.
Por si faltaba poco Quique Pina y su padre acaban de irrumpir en el Cádiz poniendo un puente de plata a los que estaban, entre ellos al cartagenero Florentino Manzano. La irrupción de los Pina se produce entre las tinieblas en las que se halla inmerso el club. Un doble frente tiene por delante: poner fin a los problemas económicos -paliar el déficit del pasado curso, inyectar liquidez para el actual y acelerar el la firma del convenio de acreedores del concurso- y buscar el ascenso lo antes posible
