Tiempo de pasión
El fútbol es así de pendular y ha bastado una segunda parte oscura en el derbi con el Real Murcia y un desastre en Ibiza para que el Cartagena viva su semana de pasión. Ni el regreso de Cristo, con perdón, ni los goles de Santi Jara o Elady, que hacen a los murcianistas recordar el pirateo de la etapa Gálvez, salvan a la parroquia blanquinegra del mal trago. No han faltado, si quiera, mensajitos a lo Florentino de un Belmonte que se fue de la sinhueso a la hora de hablar que los que juegan y los que no. Con todo, parece que Munúa es un hombre con la personalidad suficiente para, a estas alturas de la temporada, saber lo que quiere. Y no parece que vaya a cambiar el rumbo en lo que resta. Si con Monteagudo se aguantaron carros y carretas, porqué no se va a mantener la confianza el charrúa, piensan dentro del club. Aunque tampoco falta quien atisba cambios en la dirección técnica si la trayectoria del equipo no cambia radicalmente en las próximas jornadas. Nada nuevo bajo el sol.