sábado. 27.04.2024

Munúa en el 'avispero'

“No roto (del verbo rotar) por cabezonería. Lo hago porque considero que tengo a los jugadores perfectos para hacerlo”. En La Verdad, Gustavo Munúa ha soltado en una entrevista  de 5 estrellas  estas palabras cargadas de lógica, pero también con su dosis de miga para debatir todo lo que se quiera acerca del tal vez tema más polémico que ha colocado al entrenador uruguayo en el avispero. Porque Munúa se ha metido o lo han metido, o ambas  cosas, en ese avispero o túnel oscuro de las  críticas que van desde las suaves o 'constructivas' a las más ácidas y punzantes. Siempre por el peso específico de los resultados, que son los que mandan y hacen modificar opiniones en menos que canta un gallo.

Intuyo que Munúa no es Monteagudo. Borro la palabra intuyo y la cambio de sopetón por el sentido de estar seguro de que cada maestrillo tiene su librillo y el de Montevideo piensa en fútbol de una forma y el de Valdeganga, de otra manera. Al trabajo y a la producción de Alberto lo adornaban las floridas estadísticas que veíamos expuestas semana a semana con sus lauros fijados en muchos números victoriosos hasta conocerlos de memoria. 107 partidos dirigidos, 91 de liga regular, 10 de playoff (entre dos campañas) y 6 de Copa del Rey, incluida una eliminatoria con el Sevilla CF europeo, descafeinada por ser ya tratada en la ida como si fuese un encuentro amistoso de alta gama (con reserva de varios  jugadores en los albinegros) a diferencia de lo que hizo Luis Tevenet cuando el Cartagena se enfrentó al FC Barcelona que Fernando Rodríguez puso en 1-0 con su gozoso gol a Pinto en el primer tiempo...para perder después, claro es,  por el peso de las siderales diferencias a favor de los de Martino que sentenciaron (1-4) con goles de Pedro Rodríguez, que hizo un doblete, Cesc Fábregas y del canterano Jean Marie Dongou.

 

Munua chico

Gustavo Munúa.

En el Cartagena de 2017-18 al final todo quedó en un decepcionante rozar el ascenso a Segunda, por malísima suerte, por errores, por supuesta confabulación arbitral, por lo que sea. Y el ciclo del manchego en el Cartagonova se acabó como acabaron por entender ByB, y si no es así tuvieron que plegar velas y pactar una salida lo menos traumática para el entrenador en aquella reunión con almuerzo de cerca de tres horas en un restaurante de Cabo de Palos. El 3 de julio el club daba a conocer la salida de su técnico cuyo contrato finalizaba el 30 de junio de 2019.

A Munúa cuando comenzábamos a ver ganar a su equipo (tres triunfos seguidos es un botón de muestra) le llegó como pedrada en la cabeza el batacazo del segundo tiempo ante un Melilla superior al que no se supo contrarrestar y se comió el caramelo en las contras. Los malos marcadores siempre vuelven a sacar del armario las carencias de las mejores plantillas y sus puntos débiles. No es un invento de la prensa, ni una tendencia a dar 'zascas' a los profesionales del fútbol porque sí, por capricho, como pueden interpretar algunos. En el caso de Munúa  es evidente llegó con un crédito razonable y justo de merecer un tiempo para la propia adaptación a todo lo que tenía y tiene que acoplarse para ser capitán del barco. Pero en lo tocante a las muy variadas  ensaladas de rotaciones y su correspondiente aliño, pasado de vinagre,  si Monteagudo las hubiese aplicado tal y como las cocina con la alegría y buena voluntad que lo hace el exportero uruguayo y hoy chef del Cartagena, las críticas hacia el manchego se habrían acrecentado en un 200 por 100.

¿Qué piensan los jugadores en lo de jugar de uvas a peras porque la plantilla es excelente y hay muchas alternativas?

Pero ¿qué piensan algunos futbolistas respecto a jugar de uvas a peras porque la plantilla es excelente y hay muchas alternativas? Munúa lo ha explicado con meridiana claridad pero el asunto no deja de ser caldo de cultivo para la polémica. ¿Qué manera es esa de  premiar al jugador que resuelve una papeleta un día, si en la jornada siguiente tiene que estar en el banquillo? Pongamos aquí el nombre de Elady. Ahí está el detalle, gran parte del público no lo entiende  y el míster es el primero en no gustarle nada solo poder convocar 18 para cada encuentro. En otros detalles de corte técnico es mejor dejar hacer y deshacer al entrenador, que oficialmente  es el que más sabe y debe de conocer la situación colectiva del grupo humano  y la personal del jugador. Es lo sensato, entiéndanlo los más viscerales,  mientras no se cometan aberraciones que atenten contra el proyecto. Pero es Belmonte el que se juega los cuartos y Breis su mano izquierda y también parte de la derecha, el que más horas curra en las relaciones con los operarios del club y más cercano, según lo referido por Belmonte. 

En este nuevo intento de vuelo espacial a lo NASA hacia el planeta del ascenso se va a tener que sufrir con los episodios transcurridos y los que tienen que venir. Sin que tenga que cundir el pánico porque al final y más temprano que tarde el equipo estará en su puesto natural en razón de sus aspiraciones y porque en origen se ha hecho un buen trabajo en general en el reclutamiento de jugadores, si hay corrección de errores.  Pero atención porque  Paco Belmonte en un momento de una larga intervención la noche del lunes 15 de octubre en Onda Regional como presidente del FC Cartagena, con algunas preguntas comprometidas a responder sobre la marcha, soltó esta parrafada: “Los jugadores que han salido del 11 lo han hecho por méritos propios y ellos lo saben”.

Que cada cual reflexione, si le apetece.

Munúa en el 'avispero'
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