domingo. 28.04.2024

Bocadillos de mortadela

La temporada pasada se hicieron virales unas declaraciones de Julián Calero mientras aún era técnico en el Burgos sobre los bocadillos de mortadela, una metáfora sobre la manera de conseguir las cosas. Y se ha empeñado en salvar al Efesé a base de bocadillos de mortadela.

Bocadillos de mortadela
Bocadillos de mortadela

“Hemos llegado hasta aquí a base de comer bocadillos de mortadela. Alguno ahora que estamos en playoff ha probado el caviar y dice que los bocadillos de mortadela ya no los quiere, porque el caviar está más rico. Error”. Esto dijo Julián Calero la pasada campaña mientras hacía una primera vuelta de competición espectacular con un Burgos que llegó incluso a ponerse líder de Segunda. Y lo hacía convencido de que ese era el camino adecuado para el club en ese momento, con una fuerza y una determinación que caló mucho en tierras burgalesas.

Con esa determinación aterrizó el entrenador de Parla en el Efesé, en una situación donde el bocadillo de mortadela parecía un banquete de lujo. Los albinegros estaban al borde de morir de hambre, y Calero parecía la persona adecuada para cambiar el rumbo, adecentar al equipo y alimentarle para evitar la muerte segura. Esa frescura demostrada en sus primeras ruedas de prensa parecía que podía volverse en contra suya, viendo que el equipo no arrancaba, no respondía. Primero con pequeños brotes verdes que luego desaparecieron, tocando fondo en partidos como ante el Leganés, donde apenas bastaron un par de soplidos de los pepineros para tumbar el Cartagena, y rematando con encuentros donde la mala fortuna o despistes a última hora privaron a los albinegros de conseguir más puntos.

Sin embargo, ya en los partidos precedentes al del Sporting, se veía que los bocadillos de mortadela estaban haciendo efecto. Sobre todo porque el equipo ya no se iba de los partidos, continuaba compitiendo en todo instante, y parecía que de un momento a otro la victoria iba a llegar. Y llegó ante el equipo asturiano, y provocó el efecto bote de kétchup para encadenar con otros tres puntos ante el Elche. Cuando parecía que todo estaba que no, ahora pensamos, ¿y si sí?

Gran parte de culpa de que el viento haya cambiado la tiene sin duda Calero. Se ha mantenido fiel a su espíritu, ha seguido inculcando ética de trabajo y capacidad de lucha a una plantilla que parecía ida por momentos, e incluso parece que se está dando el lujo de recuperar a ciertos jugadores que parecían echados a perder, como Embaló o Lautaro. Ahora sí su mensaje empieza a calar más fuerte con el respaldo de los puntos, y ahora sí parece el Cartagena un equipo en disposición de luchar por la permanencia.

También, al César lo que es del César, tanto Paco Belmonte como Manolo Breis aguantaron al entrenador cuando había ya muchas voces pidiendo su cese. Entre que el estilo de Calero no entra por el ojo y no estaba consiguiendo resultados, más de uno y más de dos pedían un cambio, lo que hubiera sido un error histórico. Y desde aquí, que tantas otras veces he criticado cosas suyas, pues he de decir que en esto acertaron. No se tome como precedente y, sobre todo, pase lo que pase deportivamente con el equipo, que eso no tape otras cosas que son mejorables a nivel institucional. Pero aquí, acertaron.

Ojo, también cabe decir que no hay nada hecho. Los bocadillos de mortadela parecen haber reanimado al enfermo, que empieza a reaccionar, pero sigue en el hospital, utilizando otra metáfora que uso el míster al terminar el partido ante el Elche. Todos los equipos que descienden, incluso los que lo hacen con diferencia, tienen un momento en la temporada donde parece que sí, que lo pueden conseguir, que pueden salir, pero la realidad al final los terminó poniendo en su sitio. Esperemos que el Cartagena no sea de esos, que pueda completar una hazaña que hace semanas dábamos por imposible viendo lo que había. Toca disfrutar de las victorias, pero también sabiendo que queda mucho sufrimiento por delante. Y que si se puede ayudar a esa reacción trayendo tres o cuatro refuerzos que sumen en la segunda vuelta del campeonato, mejor. Pero Calero y su bocadillos de mortadela han hecho que lo imposible ahora ya no lo parezca tanto.

Bocadillos de mortadela
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