Cuando leí que había muerto Antoñico, rey de la lotería y emperador de Cartagena, también se me saltaron a mí. Por tan humano y cercano y…tan amigo de mi padre. Siempre le compraba en sus visitas diarias al Columbus. Tenía muchos clientes y conversación para todos, con su labia atractiva y simpática. E irónica. Cartagena pura.
Siempre lo encontraba, cómo no, por las calles de Cartagena, porque ha sido la persona que más se ha recorrido y pateado la ciudad de cuantos he conocido. Y le decía : te compro Antoñico, aunque no me has dado ni un reintegro desde que se incendió la Refinería, porque siempre fuiste amigo de mi padre y de la Piedad y del Jesús como yo.
Quería, con su puro corazón cartagenero, a todo lo más hermoso y profundo de la ciudad y en primer lugar a su Semana Santa. Era impactante y emocionante verlo en la madrugada del Viernes de Dolores con el Cristo del Socorro, enfundando en su minitúnica y su minhachote, sin fallar ni un año y, por supuesto, tapado hasta la cabeza siguiendo la norma de este viacrucis.
Y no digamos cada Lunes Santo, ante el trono de la Piedad, con su túnica de portapaso, lo que le daba a la Virgen más querida de Cartagena con la Caridad, la Patrona, una dimensión especial a su grupo de portapasos promesas. Procesionista íntegro, fiel e indesmayable. Y para completar su devoción también por el Jesús al que tanto acompañó. Buena trilogía : la Virgen y el Nazareno en dos versiones. Bendito Antoñico.
Se preocupaba por todo lo de Cartagena, por su actualidad, por sus fiestas. Por todos sus problemas
También por el FC .Me cuentan que esta temporada, cuando íbamos tan mal, estaba enfadado y preocupado por la situación de su equipo.
E incluso pudo tener relación con el toreo, pero cuentan que se padre se opuso cuando quiso contratarlo el Bombero Torero para su espectáculo cómico taurino musical. Lo rechazó diciendo que de su hijo no se iba a reir nadie. Tremendo error y gran equivocación : no se reía nadie de los enanitos toreros sino que ellos hacían reir sobre todo a los niños. Cientos de tardes en los ruedos cada temporada haciendo el bien. Y llenos hasta la bandera. Vivían muy bien de su profesión y tenían una gran aceptación en todas las plazas.
Antoñico nos ganaba en muchas cosas :
1/ Recorrer la ciudad más que nadie. Récord.
2/ Hablar con más gente que los demás.
3/ Ganarse la vida a la vez relacionándose con sus paisanos
4/ Hacer amigos a montones
5 /Y dar alegrías con sus premios, muchos o pocos
6/ Y ver cara a cara a La Piedad y al Jesús
Y hasta lo que parecía un bordería cartagenera era un gran elogio : el bajo comercial más rentable de Cartagena.
Personaje inimitable, de los que se llevan de este mundo su personalidad y modelo, que seguramente ya no veremos en nadie, de gran categoría y muy alto nivel humano.
Uno de los grandes de esta tierra complicada y generosa.